FELIZ Y PRÓSPERO 2018

Anyonuevo2018 LOWRES

Hace un par de años que no hago postal para felicitar el año nuevo. Y no suelo creer en estas cosas, pero casualmente han sido dos años de mierda (y perdonen la expresión). Así que este año me he esforzado en poder hacer algo. Pero como tampoco estaba inspirado en hacer la típica postal de felicitación. Les voy a contar un cuento de solsticio invernal acompañado de una ilustración que servirá de postal.



Tal y como había sucedido, miles de veces antes y sucedería miles de veces después, hasta el final de los tiempos. El espíritu del bosque; viejo, cansado, sucio y herido; se reunía, en un claro, con el niño que debía ocupar su lugar.
En aquel sencillo rito milenario le entregaría la antorcha que portaba la luz de la vida. Aquella que iluminaría a la humanidad durante un ciclo más y que había pasado de unos a otros espíritus del bosque durante mucho tiempo.
El nuevo espíritu del bosque acaba de nacer. Sus padres eran el deseo y la esperanza del cambio. Y era nuevo e inocente, como lo había sido el viejo al nacer.
Aquel niño acabaría, más o menos como él. Algunos espíritus acababan muy heridos y cansados. Otros no tanto. Pero al final, inexorablemente, a todos les llegaba el final a la misma edad.
Algunos vivían un poco más. Un tiempo extra que regalaban a aquellos que los habían creado para que exprimiesen un poquito más sus vidas. A ellos les correspondía decidir como. Pero el tiempo del viejo se acababa. Un vez entregado el fuego vital, a su sucesor. El se ajaría y a medianoche moriría, al tiempo que el niño se convertiría en el nuevo espíritu del bosque e iluminaría la vida de la humanidad.



¡FELIZ Y PRÓSPERO 2018!