Dos días que no cambiaría por nada

Ayer volví de mi viaje de dos días a Tarazona (Zaragoza). Siempre que voy a esa ciudad aragonesa, el viaje acaba siendo inolvidable. Algún día contaré el primer viaje que hice allí con mi mujer. Sin embargo, este viaje lo hice sólo y fue para dar unos talleres de ilustración para los niños de Infantil y Primaria de un colegio. Los chavales estuvieron dibujando cuentos que nos inventábamos sobre la marcha y lo pasamos genial.
Cuento de un niño de Primaria

Un niño me regaló uno de los cuentos que hizo.


Dibujo de una niña de primaria

Una de las niñas me dibujo y mi mujer me dijo que lo pusiera porque me dibujó sonriendo


Lo más conmovedor era que en cuanto te veían por el pasillo te preguntaban por el nombre, qué hacías, etc y después siempre te saludaban cuando te veían. Cuando terminaban sus dibujos se levantaban corriendo para enseñarme lo que habían hecho (a mi o a la tutora que siempre estaba presente ayudando).
A algunos niños les salieron unos cuentos de lo más original y graciosos. Como el de la rata que era una pastorcilla, la bailarina que le salió una barba muy larga de la que le salían monedas...
Tengo que dar las gracias por la ayuda y la atención del profesorado del centro y por el calor d la gente de la ciudad.
Gracias, han sido dos días inolvidables.