Apenas queda un mes para que cumpla treinta años. Cada vez que lo recuerdo, se produce un énfasis al decir treinta.
Desde hace poco menos de un año, arrastro los mismos síntomas; apatía desilusión, frustración, impotencia...
Sí, efectivamente tengo la "crisis de los treinta".
En contra de lo que creía, la crisis de los treinta no empieza a esa edad, sino que empieza antes. No sabría describir cuales son las sensaciones y sentimientos que me invaden, pero quizás las palabras más ajustadas son los síntomas que he descrito antes.
Es increíble la apatía con la que encaro la vida; tengo buenas ideas y me siento incapaz y desganado para llevarlas a cabo. No es que esté tumbado sin hacer nada, es que todo me cuesta tres veces más esfuerzo hacerlas y en ocasiones desisto de empezar.
Al mismo tiempo, miro atrás en el tiempo y pienso que a mi edad, todavía no he logrado hacer aquello que destaque en el mundo, mi huella. Sólo veo un cúmulo de pequeños logros que en pequeños momentos de lucidez acierto en considerar como éxitos en la vida.
Como cito en mi próximo relato; "Los árboles no me dejan ver el bosque. Busco ese gran árbol que defina mi vida sin darme cuenta que en realidad he plantado todo un bosque, pero aún así me empeño en buscar o querer plantar ese árbol gigante.
A veces me pregunto si merece la pena seguir el camino y la frase de Billy Wilder que tengo a la derecha en esta bitácora no me ayuda nada.
Tengo casi treinta años y mis espectativas en la vida no se han cumplido en su mayoría.
Sí, tengo una buena esposa y me siento querido, pero profesionalmente... Profesionalmente no soy ni la sombra de lo que debiera ser. Quizás eso me ocurre por haber sido tan ambicioso de adolescente. Si hubiese seguido mi camino en lugar de trazarlo quizás esto no me ocurriría ahora. ¿Merece la pena seguir intentándolo?
No lo sé, estoy tan cansado.
Si además las circunstancias fuesen otras...
Lo peor de todo es que se han unido varios problemas en mi vida en muy poco tiempo y me siento impotente al no poder resolverlos y lo más curioso es que bastaría con que se solucionase uno de ellos para que todo se aliviara. Pero no puedo solucionarlos, al menos no a corto plazo.
Me siento acorralado y sin saber muy bien a quién tengo que clavar mi cuchillo.
Quizás realice un último esfuerzo, quizás merezca la pena el "todo o nada". Se que el tiempo corre en mi contra, pero también corre a mi favor ya que, supongo yo, con la edad tendré una mente más lúcida con la cual superar esta crisis.
No pensé que esto de la crisis de los treinta fuese algo tan serio, y tarde me doy cuenta de que lo es.
Hola, me llamo Ignacio Ochoa, soy ilustrador y tengo la "crisis de los treinta".
1 comentario:
quiza efectivamente los arboles no te dejan ver el bosque , has pensado en lo que ya has hecho,en lo que tienes ( no lo que deberias tener )te das cuenta de que estas ;escribiendo ,paseando,viendo y sintiendo .aprende de todo eso todo llega en el momento que tiene que llegar. ahora debes aprender para poder disfrutar de lo que llegue despues . Como si no podrias valorar lo que te suceda en un futuro .todos hemos tenido que aprender,unos con un precio muy elevado otros no ,nada es regalado te lo aseguro .Armate de paciencia y calma deja que todo suceda y te seguro que sucedera. un consejo analiza ,descifra las cosas que te ocurren piensa que son indicaciones de hacia donde debes ir , y por muy descabellado que te parezca hazlo.un abrazo
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