Me produce satisfacción, al terminar de trabajar, mirarme a las manos y verme la punta de los dedos manchados de pintura. La acuarela cubre poco, pero capa tras capa puedo ver los diferentes colores empleados, el acrílico blanco y algunos de los elementos empleados para hacer texturas, como el café.
A veces, cuando aún estoy trabajando, me gusta ver como mis dedos se funden color con el pincel.
Mis manos manchadas de pintura
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Unknown
on martes, 4 de noviembre de 2008
Etiquetas:
Diario
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