Un niño me regaló uno de los cuentos que hizo.
Una de las niñas me dibujo y mi mujer me dijo que lo pusiera porque me dibujó sonriendo
Lo más conmovedor era que en cuanto te veían por el pasillo te preguntaban por el nombre, qué hacías, etc y después siempre te saludaban cuando te veían. Cuando terminaban sus dibujos se levantaban corriendo para enseñarme lo que habían hecho (a mi o a la tutora que siempre estaba presente ayudando).
A algunos niños les salieron unos cuentos de lo más original y graciosos. Como el de la rata que era una pastorcilla, la bailarina que le salió una barba muy larga de la que le salían monedas...
Tengo que dar las gracias por la ayuda y la atención del profesorado del centro y por el calor d la gente de la ciudad.
Gracias, han sido dos días inolvidables.
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