Esta misma tarde he ido a un centro comercial de Zaragoza y he visto algo que me ha dejado escandalizado.
En uno de sus pasillos había uno de esos puestos improvisados donde vendían libros a peso; sí, sí, a peso.
Y allí los tenían, amontonados en cestas metálicas sin orden ni compostura con sus precios por kilos como si fuesen mandarinas; ¡a 9 € el kilo de novela policiaca, oigaaa! Incluso tenían un peso para pesarlos.
Ya me da pena ver la fruta y la verdura (bueno, la verdura no tanto) amontonada en los mostradores de las fruterías como para tener que ver también así a los libros.
Me acerqué a curiosear y la verdad es que no tenían nada interesante, por lo menos no a la vista, ya que hurgar en el fondo era imposible. Lo malo es que el puesto estaba a rebosar de gente que compraba libros. Por lo que veo a mucha gente no le importa comprar basura (porque la verdad es que aquellos títulos eran restos de restos) si es barata.
En fin señores libreros, si quieren vender muchos libros, móntense una librería como si fuese una frutería y vendan los libros a peso. Da igual lo que sea, la gente los comprará por estar baratos y, por supuesto, por venderse en un centro comercial.
No hay comentarios:
Publicar un comentario